-------------------------Por: Rafael Antonio Álvarez Salcedo
20 de julio de 1810.
Aunque Caldas, por su carácter, era enemigo de la guerra fue un activista decidido y cuando la patria le llamó, empuñó las armas declarándose soldado de la República.
Como devoto de la causa revolucionaria auspició las reuniones en el Observatorio Astronómico. Fue allí donde en compañía de Camilo Torres, Antonio Nariño, Antonio Baraya, José María Carbonell, los Lozano, José Acevedo y Gómez, Luis Caicedo y Torrijos, el canónigo Rosillo y otros ciudadanos planearon el incidente del 20 de Julio de 1810, conocido como el florero de Llorente.
Es más, Caldas sería protagonista de primera línea en ese episodio si el plan original fallaba en el supuesto de que el español Gonzalez Llorente sí prestara el florero, con lo cual no habría motivo para empezar la escaramuza. Si fuere de esa manera Caldas debería pasar luego por frente a la puerta del establecimiento de Gonzalez Llorente saludándole y al contestarle el otro sería motivo para que los Morales y demás perturbadores simularan un reclamo a Caldas por saludar a un español. De este modo se podría formar el alboroto, y en medio de la confusión agredir a Gonzalez ; y si, por si acaso, Gonzalez no contestaba el saludo de Caldas con mayor razón se irían en su contra. Pero eso no alcanzó a suceder y Caldas y sus amigos siguieron en el observatorio llevando un minucioso diario de los hechos que estaban ocurriendo en tiempo presente. Escribiría Caldas así: “ Preparamos todo bajo el disimulo bienhechor del Observatorio Astronómico “.
Después de 1810 su posición frente al nuevo gobierno fue más bien conservadora. Aunque se debatió, Caldas no consideró probable conformar una Junta local de gobierno que adhiriera al rey Fernando VII como proponían algunos.
En 1811, Antonio Nariño el “ Precursor de la Independencia “, asumió la Presidencia de la Nueva Granada y Francisco José de Caldas fue nombrado Capitán del recién conformado Cuerpo de Ingenieros donde trabajó con el Teniente José María Gutiérrez y el Alferez Luciano D´Elhuyar. Sin embargo, el 12 de Mayo, por ideologías antagónicas, firmó el acta donde desconoció la autoridad de su antiguo amigo y protector, Antonio Nariño. El 6 de Octubre del mismo año fue nombrado miembro de la comisión militar con el grado de Teniente Coronel. En 1813 participó en la rebelión armada contra el presidente Antonio Nariño y al ser derrotada la fracción rebelde y temiendo represalias se marchó al Estado Soberano de Antioquia donde Juan del Corral, gobernador y dictador le acogió nombrándole Director de Fábricas e Ingeniero General concediéndole el grado de Coronel.
Ante el incontenible avance español y perseguido por Pablo Morillo, Caldas se alistó en el ejército del Sur combatiendo al lado de Camilo Torres, Baraya, García Rovira, Liborio Mejía y Fernandez Madrid. Planeaba luego reunirse con su esposa e hijos, viajar a Cartagena y salir para Europa. Alcanzó a escribirle una carta haciéndole conocer sus planes.
El ejército del Sur sucumbe y Caldas es capturado en la Cuchilla del Tambo, montaña de Paispambá, por el General Juan Sámano. Caldas, entonces, pidió Clemencia al presidente de Quito Toribio Montes. Los demás jefes del ejército también son apresados y condenados.
En su reclusión le hacen saber que su esposa le es infiel a lo cual Caldas responde con epístolas cargadas de dolor reprochándole la supuesta afrenta.
El presidente Montes acepta la súplica y ordena la liberación pero Sámano no acató la orden y traslada a Caldas y a los demás prisioneros a Santa Fé donde son encarcelados. Cuentan que durante su prisión, según Vergara y Vergara en su “ Historia de la Literatura “, tomó un carbón extinto de una fogata de la guardia, y escribió en la pared una O cruzada por una raya oblicua que a manera de jeroglífico podría interpretarse como una triste despedida exclamando: ¡ Oh negra y larga partida ! la cual recitaban los condenados que le siguieron posteriormente.
Hay otra versión con la letra griega theta que también significaba muerte y se usaba para marcar los nombres que de cinco en cinco eran sentenciados a muerte. Se llamaba la Quintada y fue impuesta por Morillo en la reconquista. De la lista de reos, a Caldas le correspondió un cinco y, por lo tanto, su nombre fue marcado por una theta. Caldas fue Quintado. Tal vez cuando supo de su suerte pintó la theta en la pared o su carcelero lo hizo para indicar que el preso ocupante de esa celda estaba sentenciado a muerte.
El 26 de Octubre de 1816 se le dicta sentencia de muerte y al notificársele dijo sonriendo imperceptiblemente: “ Está bien ”. Le escribió a Pascual Enrile solicitándole suspendiera la ejecución por algunos días mientras terminaba unos cálculos que tenía pendientes pero su petición le fue negada al tiempo que, se dice, el español contestó : “ La España no necesita de sabios, está mandada cumplir sin demora la sentencia “.
Cuatro días después, el 30 de Octubre es fusilado junto a otros patriotas, entre ellos Francisco Antonio Ulloa, José Miguel Montalvo y Miguel Buch.
Su cadáver fue sepultado en la Iglesia de la Veracruz, que es actualmente panteón Nacional; después los despojos fueron trasladados a Popayán y depositados en la Iglesia de San José
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